‘Queen’s Gambit’ – Reseña

Nov 13 • Spoiler Alert • 1400 Views • Comments Off on ‘Queen’s Gambit’ – Reseña

Salvador Medina

Las miniseries se han apoderado del streaming y se han convertido en uno de sus productos estrella. Big Little Lies, Chernobyl, Unbelievable, han probado que no es necesario extenderse durante incontables temporadas. Y es que el modelo de Netflix invita a creadores a concebir productos que puedan tener una sola exhibición para conseguir el éxito necesario.

Scott Frank, el creador de Godless, se quedó en Netflix para ofrecernos un producto extraordinario que trasciende la pantalla y se vuelve en arte de la más alta calidad.

En The Queen’s Gambit, Frank cuenta la historia de una niña prodigiosa que lo pierde todo en un accidente. Huérfana desde los 9, Beth Harmon cae bajo el cuidado del Estado. En un orfanato de mujeres durante los años 60′, Beth comienza a manifestar los mismos demonios que llevaron a su madre a la muerte. Pero Beth encuentra las respuestas en un lugar inusual: un tablero de ajedrez.

La joven puede descifrar los movimientos de manera inmediata y, apoyada por el intendente del lugar, se comienza a empapar del juego y su historia. Beth comienza a luchar contra su propia personalidad y al mismo tiempo que se sumerge por completo en el juego.

Los años pasan y Beth (Anya Taylor-Joy) es adoptada por una solitaria ama de casa. Alma (Marielle Heller) está casada con un hombre que poco o nada vive en casa y ella, tras una sensible pérdida, ha encontrado refugio en la bebida y las pastillas. Por eso ve una solución en darle un hogar a Beth pero ella tiene problemas para adaptarse en la escuela. Pronto se dedica a participar en concursos de ajedrez y, mientras derrota a todos sus rivales, Alma ve una oportunidad económica.

Pese a su joven edad, Beth se convierte en una celebridad pero la herencia de su madre y su propia crianza son los mayores obstáculos entre ella y la gloria.

The Queen’s Gambit es el éxito más inesperado del año. Si alguien hubiese predicho que una serie enfocada en el ajedrez hubiese sido un drama atrapante y fascinante, sería difícil de creer. Pero, al igual que con Godless, Scott Frank encontró en Netflix el lugar ideal para su nueva creación.

Anclada por una Anya Taylor-Joy fuera de este mundo, la dirección de arte, la fotografía y la ambientación en general son logros absolutos que logran un balance visual perfecto. Se trata de una serie adictiva, hipnótica, sin un momento fuera de lugar, que te introduce a un mundo que parecería inaccesible y no te deja salir hasta enamorarte de él.

Es una compleja exploración de personajes, de la obsesión, del orden, de la belleza en los números. Una serie memorable que vale la pena cada segundo que inviertas en ella.

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