El Castigo – Reseña

Mar 27 • Spoiler Alert • 431 Views • Comments Off on El Castigo – Reseña

Salvador Medina

Poco se escribe sobre los hijos desde un lado más crítico y, sobre todo, real. El Castigo de Matías Bize nos presenta el momento que un matrimonio quiere darle una lección a su hijo mientras manejan a la casa de los abuelos. Ana (Antonia Zegers) maneja en carretera mientras Mateo (Néstor Cantillana) la observa desde el asiento del pasajero. Después de unos instantes de tenso silencio, le pide a su esposa dar la vuelta.

Pero cuando regresan al lugar donde dejaron a su hijo para darle una lección, no hay rastro de él. Lo que comienza como un simple desencuentro familiar, escala de manera gradual hasta desentrañar todo lo que ambos llevaban guardándose.

En la dinámica de Ana y Mateo entendemos mucho: están enredados en un matrimonio dedicado a cuidar única y exclusivamente al evidentemente problemático Lucas. Y es que las perspectivas de ambos son opuestas. Mientras Mateo lo veo como un chico inteligente con apenas algunos problemas de concentración. Para Ana, es mucho más. No es sólo un chico rebelde, sino algo tortuoso cuando, pese a sus constantes intentos por conectar con él, recibe sólo desprecio.

De ahí que Mateo busque a Lucas desesperadamente mientras Ana asume que es todo un ardid por llamar su atención. Pero conforme los minutos pasan, el riesgo de encontrar a Lucas aumenta y deben llamar a la policía.

Ana pide a Mateo mentir sobre la razón de su descenso en la carretera pero la llegada de una astuta policía les obligará a confrontar la realidad de lo que están viviendo.

Filmada en un plano secuencia, El Castigo es una brutal mirada a la paternidad como pocas películas se atreven a tocar. Dirigida por Matías Bize, es un drama de lenta cocción que se toma su tiempo en mostrar las perspectivas de ambos padre sobre la ausencia de Lucas. Bize nos hace testigos de un evento determinante en sus vidas poniéndonos en la cabeza de cada padre y lo que esta desaparición representa para cada uno.

Bize es minimalista en todo menos en el drama. Los silencios acompañan a nuestros protagonistas en sus conflictos internos y mutuos, en su culpa y su responsabilidad. El villano no es el ausente, es lo que guardaban ambos sobre su matrimonio, sobre la maternidad, sobre los roles de pareja. Y la complicidad de ambos por cumplir lo que se esperan por ellos.

En manos de un cineasta capaz, El Castigo es más que un simple drama familiar. Se trata de una reflexión profunda sobre la decisión de ser padres, algo que a veces menospreciamos pero que es una decisión que no sólo marca a los hijos sino a quienes deciden tenerlos.

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