Juegos Inocentes – Reseña

May 3 • Spoiler Alert • 532 Views • Comments Off on Juegos Inocentes – Reseña

Salvador Medina

Es profundamente complicado reflejar los matices de la infancia en el arte sin caer en absurdos o clichés. Lo es todavía cuando nuestro personaje principal no es empático. Y es que conocemos a la pequeña Ida (Rakel Lenora Fløttum) pellizcando a su hermana autista Anna (Alva Brynsmo Ramstad) mientras van en el asiente trasero de un auto rumbo a su nuevo hogar.

Pronto descubrimos que Ida es un personaje secundario en la vida de sus padres, por obvias razones, y que toda la atención se la lleva Anna. La actitud de la chica es retadora y desafiante y el resentimiento hacia su hermana es obvio. Y cuando llegan durante el verano a un nuevo lugar por el nuevo trabajo de su padre, la actitud de Ida empeora. Por fortuna para ella, pronto encuentra la amistad de Ben (Sam Ashraf), un chico que sufre bullying y vive en el mismo complejo de edificios. Pero Ben no es un amigo cualquiera, sino que aparenta tener ciertos poderes telekinéticos.

Ida responde con fascinación, contándole incluso a sus padres, quienes desestiman las capacidades de su nuevo amigo como un acto de magia. Y así, la atención sigue en su hermana, por lo que las actitudes de Ida continúan. Previo a una cita médica, esconde vidrios rotos en sus zapatos y ahí descubrimos que la chica tiene una conexión. Aisha (Mina Yasmin Bremseth Asheim) ve la sangre en sus calcetines y siente el dolor de Anna.

Aisha siente la presencia de Anna y la chica autista comienza a dar señales de progreso, al grado que comienza a hablar cuando nunca lo había hecho. Los cuatro comienzan juegos donde se comunican telepáticamente a través de Anna. La dinámica inicia inocentemente pero escala cuando Ida tiene un vistazo a la verdadera naturaleza de Ben y la oscuridad que yace dentro de él.

Los cuatro niños tienen un universo dentro de ellos, una herida emocional que explica quiénes son y cuál será su viaje.

Pese a sus casi dos horas, Juegos Inocentes se siente como un fresco thriller oscuro, una fantasía urbana y contenida que nos ofrece una pequeña mirada a la difícil etapa que es la infancia.

Para el director y guionista Eskil Vogt, se siente como una transición entre Thelma, que contenía temas similares, y la fantástica The Worst Person in the World. El noruego posee una admirable facilidad para evocar recuerdos de la infancia pero aquí la utiliza para crear una fantástica alegoría sobre la pérdida de la inocencia. Vogt nos muestra a los niños como son: crueles, desapegados, egoístas. Pero hay una razón detrás de ello. Y el cineasta se pregunta: ¿qué pasaría si esos niños tuvieran poderes?

Juegos Inocentes es un brillante giro a un género que hemos visto antes pero que, de la mano de Vogt, se siente como algo original y nuevo.

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