‘House of Gucci’ – Reseña

Nov 24 • Spoiler Alert • 1064 Views • Comments Off on ‘House of Gucci’ – Reseña

Salvador Medina

La marca Gucci es actualmente sinónimo de ostentosidad y lujo. Sin embargo, hubo un momento en que la marca estaba estancada entre su destacado pasado y su miedo al cambio. Una empresa familiar dividida en dos: el conservador Rodolfo Gucci (Jeremy Irons) y su hermano Aldo (Al Pacino). El primero, obsesionado con mantener la esencia que la hizo una casa grande del diseño y el segundo, buscando llevar el legado a otros horizontes. Pero al ambos tener la mitad de las acciones, se encuentran en un punto de inflexión. Entra entonces Patrizia Reggiani (Lady Gaga).

Obsesionada con tener una gran fortuna, Patrizia vive una vida común. Aunque trabaja en la empresa de su padre, está en busca de algo más. El destino le pone en frente a Maurizio Gucci (Adam Driver), el callado heredero del imperio de la moda. Patrizia ve entonces una oportunidad de oro: conquistar al hombre que puede darle la vida que siempre ha deseado.

Para ello, tiene que lidiar varios obstáculos. El primero, pasar por el escutrinio de su padre, Rodolfo, quien la ve como alguien de menor estatus social. Pero Maurizio se enamora perdidamente de la joven, dejando incluso a los Gucci y la herencia que viene con el apellido. Rodolfo pierde contacto con su hijo, quien comienza a trabajar con la familia de Patrizia en el negocio familiar. Tras una discreta boda en la que ningún miembro de la familia Gucci atiende, la noticia llega a los oídos de Rodolfo y Aldo. Es así que Aldo extiende su mano a Patrizia y los invita a celebrar su cumpleaños.

Patrizia empuja al renuente Maurizio a involucrarse con Aldo, quien le ofrece una oportunidad de negocio en su sucursal de Nueva York donde atiende a una amplia clientela internacional. Maurizio le asegura nunca haber sido tan feliz pero el embarazo de Patrizia lo empuja a tomar un riesgo y escuchar la oferta.

Patrizia comienza a mover los hilos de la familia poco a poco, creando el ambiente para una tormenta perfecta que pone a los Gucci en una guerra frontal por el control. House of Gucci es una historia de traiciones, de intereses, de poder. En ese tenor, juega con un tono más irónico y patético, rayando en lo melodramático y en lo absurdo, algo inesperado en el director Ridley Scott.

Durante más de dos horas y media, House of Gucci nos muestra los excesos de la sociedad, los alcances de la frivolidad y la ambición del poder. Patrizia mueve el mundo entero en busca de conseguir su meta de tenerlo todo. Se lo dijo Pina Auriemma (Salma Hayek) una vidente que le asegura tener un futuro lleno de riqueza y éxito. Y ella lo cree al pie de la letra. Ésa se vuelve su motivación.

House of Gucci no es una pleícula deficiente bajo ninguna forma, pero no es exactamente lo que el público espera. Vive en la comicidad y la incomodidad. Las dinámicas entre padres e hijos, tíos y sobrinos, son el centro de todo. Bien lo dice Aldo: esta familia necesita una mujer.

Las actuaciones son el plato fuerte de una película sólida y competente. Aunque se nota que las restricciones de tiempo por haberse grabado durante tiempos de Covid pusieron cierta presión a Scott, y la película se siente apresurada por ello, el elenco es simplemente fenomenal. Los puntos más altos son Gaga, obvia favorita rumbo a la época de premios, y un sublime y entretenidísimo Jared Leto que juega el papel de Paolo Gucci, primo de Maurizio y un delirante aspirante a diseñador.

House of Gucci es una fascinante retrato que muestra que, particularmente las familias adineradas y poderosas, son fuente de conflictos eternos. Sobre todo cuando el poder y la ambición se interpone entre ellos.

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