‘Honey Boy: Un niño encantador’ – Reseña

Feb 25 • Spoiler Alert • 832 Views • Comments Off on ‘Honey Boy: Un niño encantador’ – Reseña

Salvador Medina

Shia LaBeouf se ha convertido, a través de su trabajo, en uno de los actores más versátiles e impredecibles de la pantalla grande. Pero, fuera de ella, su figura ha trascendido por ser impredecible y errático, un tipo indescifrable. Pero de ello, ha surgido la historia de una persona en construcción, un hombre con enormes fallas pero en busca de redención y de contar su historia, que todavía tiene páginas por delante.

Es así que llega a nosotros Honey Boy: un niño encantador, un relato íntimo y desgarrador de lo que significa crecer en un ambiente adverso, con una figura paterna abrumadora, con la presión de proveer ingresos a a sus padres, y todo, en el centro del medio del espectáculo.

Escrita por el propio LaBeouf, Honey Boy es un espectáculo instropectivo como pocos. Conocemos al pequeño Otis (Noah Jupe) en 1995, a punto de descubrir la fama mientras graba una película y vive con su padre James (LaBeouf) en un motel. Diez años después, el joven Otis, interpretado por Lucas Hedges, conoce ya lo que es tener en sus hombros el destino de películas multimillonarias. Es entonces que, después de un accidente automovilístico, el joven Otis es obligado a ingresar a una clínica de rehabilitación.

Ahí, a recomendación de su terapeuta, comienza a recordar los eventos en su vida que han definido su adicción, puesto que, según indica todo, tiene trastorno por estrés postraumático. Otis se ve obligado y movido a hablar con su versión más joven y descubrir de dónde surgen esos traumas, esas conductas y, eventualmente, buscar combatirlas.

Contada en esos dos tiempos, Honey Boy nos lleva al corazón de un artista dolido y atormentado por su pasado, que ha sido definido por el hombre que más lo quiso pero que no supo demostrárselo y que, al contrario, lo alejaba cada vez que quería empujarlo a ser mejor. Y el hijo, por el otro lado, buscando todo el tiempo el amor y aprobación de su presente pero emocionalmente elusivo padre.

Otis no sólo indaga sobre sí mismo, sino sobre su padre y el origen de su corrosiva personalidad. Al mismo tiempo, entenderá las consecuencias de lo que significa entender y perdonar su pasado y lo que trae consigo. En un momento con su terapeuta, el joven Otis, al recordar a su James, le dice: lo único que mi padre me dio de valor es el dolor, ¿y me lo quieres quitar?

Se trata de un desgarrador y emotivo viaje al corazón de dos hombres incompletos que no saben cómo dejar de tropezarse consigo mismos. Y la dirección de Alma Har’el es incisiva y emocional, dando a la temática un acercamiento personal que nos permite entender lo que está en juego.

LaBeouf es sensacional como su propio padre, algo que debió ser profundamente catártico para él. Y los dos Otis, tanto Jupe como Hedges, entregan actuaciones impecables y sinceras.

Además, la música de Alex Somers es un acompañamiento perfecto para crear una atmósfera que hace sentir al espectador como si se tratara de la única persona atestiguando lo que acontece en pantalla.

Honey Boy es una película importante y trascendente, no sólo para LaBeouf, sino para quienes estén dispuestos a hacer el viaje con él.

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