‘The White Lotus’ – Reseña

Sep 8 • Spoiler Alert • 1513 Views • Comments Off on ‘The White Lotus’ – Reseña

Salvador Medina

Mike White es uno de los guionistas en los que Hollywood se había dormido. Sus obras habían sido entretenidas siempre pero perspicaces, sutiles en su reflexionar de la sociedad estadounidense. Pero The White Lotus es la obra cumbre, no sólo de su repertorio, sino de la era dorada de la televisión. Esto no es una hipérbole o una exageración: White ha creado una de las series quintaesenciales de la actualidad.

En esencia, The White Lotus se presenta como una miniserie episódica o básica: un grupo de turistas llega a un oasis en Hawai. Son VIPs, por lo que abordan por su propio puerto, en un barco privado y son recibidos por el impenetrable gerente Armond (Murray Bartlett), que parece estar a cargo de absolutamente todo, saber cada necesidad y estar al pendiente de cualquier cosa venga a la mente de los huéspedes.

Entre el grupo de huéspedes está una joven pareja recién casada conformada por el acomodado Shane (Jake Lacey) y Rachel (Alexandra Daddario); la huérfana madura Tanya (Jennifer Coolidge) indispuesta a soltar el pasado; y la familia encabezada por Nicole (Connie Britton) y Mark (Steve Zahn) y sus hijos Olivia (Sydney Sweeney) y Quinn (Fred Hechinger), acompañados por la invitada Paula (Brittany O’Grady).

En la primera escena, vemos a Shane a punto de regresar a casa de Hawai. Una pareja le pregunta la razón de su visita al lugar y él les confiesa haber ido a The White Lotus de luna de miel. Y ellos recuerdan: ese resort acaba de ser el lugar de un infame asesinato. Shane ve cómo un ataúd es subido al avión que está por abordar y… cortamos a todos llegando al lugar.

Lo que parece ser una serie inocua y ordinaria, sumamente entretenida y ácida en su tono, comienza poco a poco a escalar. Nos damos cuenta de un detalle: nuestros huéspedes son todos blancos. Los sirvientes son todos minorías. Y han llegado a un lugar literalmente usurpado a la población indígena. La tensión entre todos comienza y a revelar el absoluto privilegio que significa ser un blanco adinerado.

El contraste entre lo que significa ser un huésped y un anfitrión es monumental. Y la serie se enfoca en ello.

The White Lotus es trascendental por muchas la razones. La principal de ellas es que usa la voz de un autor blanco como canal para escupir los prejuicios de su raza hacia el resto del mundo y expone así los prejuicios y llana estupidez que yace en el discurso simplista que suele ser su carta de presentación.

El cast es impecable y balanceado, el humor es exquisito y el producto es excepcional. Es lógico pensar que cuando llegue la época de premios la serie arrasará con todos los premios, pero lo más importante de The White Lotus es que en 20 años cuando volteemos a este momento de la historia, será un documento histórico sobre un punto de inflexión en la sociedad occidental que jamás no se repita jamás. Al igual que The White Lotus será irrepetible.

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