‘Gloria Bell’ – Reseña

Jun 19 • Spoiler Alert • 1403 Views • Comments Off on ‘Gloria Bell’ – Reseña

Salvador Medina

A más de una década de su divorcio, Gloria acude a bares de Los Ángeles en busca de alguien con quien bailar y compartir su tiempo. En el día, acude a su conservador trabajo en una aseguradora, busca convivir lo más posible con sus hijos, y apaga el escándalo que proviene del vecino de arriba. Se trata de una rutina bien orquestada y aprendida.

Es hasta que conoce a alguien en una de esas salidas nocturnas , que la vida de Gloria habrá de voltearse de cabeza y sacudir el piso bajo sus pies.

Se trata del remake de Sebastián Lelio a su propia película de 2013 que tuvo a Paulina García como eje central de aquella obra. En esta ocasión, Gloria Bell da ese papel a Julianne Moore, sin alejarse de la trama de la original, pero con suficiente estilo para que se sienta como algo nuevo.

Gloria es prácticamente invisible, todavía sin encontrar un lugar firme en el mundo. Su hijo Peter (Michael Cera) desestima sus consejos para cuidar a su hijo, enfocado más en la ausencia de su propia esposa; y su hija Anne (Caren Pistorius), está por partir al otro lado del mundo tras haber encontrado una pareja.

Es entonces que entra a su vida Arnold (John Turturro). Y no se siente tan invisible. Pero Arnold tiene secuelas emocionales de su matrimonio fallido, y sigue respondiendo a todas las necesidades de su ex esposa y sus dos hijas, que pese a ser adultas, todavía requieren de su padre para todo.

Gloria Bell es un logro por dos razones (más, en realidad, pero numeremos un par): la primera, es que hace evidente la falta de papeles importantes para mujeres de mediana edad; la segunda, porque nos recuerda que Moore es una fuerza que requiere más reconocimiento y tiempo en nuestras pantallas.

Su retrato es vulnerable e inocente, a la vez que se proyecta con una independencia y fuerza que van in crescendo durante la película. Gloria es una mujer que busca el amor en los lugares equivocados pero que, no por ello, dejará de tener ese fuego e intensidad en su interior.

Hay un aire de nostalgia en ella, pero que le permite estar abierta a las posibilidades.

En una casual conversación con su hija, cuando le dice estar enamorada de un surfista sueco, Gloria le advierte que por su profesión, puede morir en cualquier momento. “Todos podemos morir en cualquier momento”, le responde su hija. Y se vuelva una frase que ella misma lleva como escudo y como consigna.

Otros directores internacionales han mordido el anzuelo de adaptar sus películas al modelo de Hollywood, con resultados mixtos. Pero aquí, el cineasta chileno no desperdicia la oportunidad de darnos una visión distinta a una obra familiar para muchos.

Como es de esperarse de Lelio, con una sensibilidad particular para retratar a las mujeres en diversas facetas, la dirección es impecable y nos introduce a un mundo en que los momentos domésticos son tan significativos como los encuentros sociales en los que vive Gloria. Su enorme apetito por la vida y el amor, se vuelve algo personal para quienes son testigos de sus triunfos y fracasos.

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