An American Pickle – Reseña

Jul 14 • Spoiler Alert • 2097 Views • Comments Off on An American Pickle – Reseña

Salvador Medina

Con la llegada oficial de HBO Max a México, arriban también una serie de títulos que habían estado restringidos para nuestro territorio. Uno de ellos es An American Pickle, una inusual obra en el repertorio de Seth Rogen pero que sin duda se trata de uno de sus mejores papeles como actor. A diferencia de la mayoría de sus producciones, suelta las riendas y se dedica a sacar lo mejor de su papel frente a la pantalla, al grado que no se siente como una de sus comedias. Y eso es bueno en este caso.

An American Pickle comienza Herschel Greenbaum (Rogen), un dedicado judío arribando a la fértil tierra estadounidense hace más de un siglo. Junto a su esposa Sarah (Sarah Snook) buscan crear un legado para las próximas generaciones lejos de su país natal. Pronto Herschel encuentra trabajo en una fábrica donde encurten pepinillos. Un fatídico día, cuando la fábrica es condenada, Herschel cae a una gigantesca tina sin que nadie se percate de ello.

100 años después, Herschel despierta en el actual Brooklyn, perfectamente preservado (como un pepinillo). Es presentado por un grupo de científicos que justifican su supervivencia y llevado con su único familiar: el joven Ben (también Rogen pero sin barba).

El conflicto entre ambos surge inmediatamente: para Herschel su familia es todo. Ben ha perdido contacto con todos tras la muerte de sus padres un años atrás. Incluso, el lote familiar está descuidado y sucio, algo que Herschel considera un auténtico pecado.

Herschel toma entonces la misión de hacer el dinero suficiente para recuperar el lote y honrar a su familia, mientras que la prioridad de Ben es lanzar y consolidar BoopBop, una aplicación en la que lleva trabajando años. Comienza entonces a generarse entre ellos una animosidad, quizás insalvable, al mismo tiempo que Herschel debe el choque cultural entre el Brooklyn actual y el mundo que apenas conoció.

Esa separación de Rogen del trabajo creativo, enfocándose exclusivamente en su ejecución en la pantalla, hace que el resultado final se sienta mejor ejecutado y simplemente genuino. En una extraña forma, sentimos empatía por ambos. Eso es algo que se logra a través de dos impecables actuaciones.

En los últimos años Seth Rogen ya nos ha regalado papeles lejanos a su conocido cliché de stoner simpático. An American Pickle es un gran paso para él y una obra simpática y sorpresivamente emocional para quienes buscan algo que se salga de los convencionalismos.

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