‘Waves’ – Reseña

Feb 14 • Spoiler Alert • 2935 Views • Comments Off on ‘Waves’ – Reseña

Salvador Medina

Pocas veces el género de drama adolescente tiene tantas vertientes como Waves (Las Olas). Pero es que la nueva obra del director Trey Edward Shults es uno de esos pequeños milagros que el cine nos entrega de vez en cuando y que se siente como una recompensa para quienes continuamos teniendo fe en el medio.

El director de la visionaria It Comes at Night salta de género completamente para introducirnos al seno de una familia negra en la Florida urbana. Después de su inquietante debut Krisha, Trey Edward Shults nos regaló uno de los clásicos del terror de los últimos años. Y ahora, con Waves, muta de nuevo en su temática, pero aprovechando su sólido y particular estilo.

Los hermanos Tyler y Emily están muy adaptados a la cultura familiar en la que habitan. Tyler (Kelvin Harrison Jr.) es el centro de todos. Sus encuentros de lucha deben ser atendidos por los cuatro miembros del núcleo, pues gran parte de su vida gira alrededor de ello.

Su tiempo libre lo divide entre sus entrenamientos y su novia Alexis (Alexa Demie), con quien tiene una pasional relación que pasa del amor, al odio, a la pasión, en un instante.

Emily (Taylor Russell), más joven que Tyler, está acostumbrada a vivir en la sombra de su hermano. El amoroso pero a veces opresivo Ronald (Sterling K. Brown) lleva todo al límite cuando se trata de sus hijos, pero pone casi toda su atención en el chico.

En un momento entre él y Tyler, le asegura que su ética se debe a que sabe que, por ser negro, debe trabajar el doble para obtener lo que quieren. Con esa mentalidad, Tyler enfrenta su vida como atleta, que quizás le abra las puertas a una educación de calidad.

Pero cuando un incidente pone a la familia en un punto de inflexión, la vida de todos se gira de cabeza, y deben redescubrir quiénes son ante la nueva dinámica.

Con un ritmo vertiginoso, Trey Edward Shults crea un sensible y emotivo retrato familiar. Aunque su ancla emocional yace en los dos hermanos, refleja también la influencia de los padres y cómo, hasta quienes más se involucran con ellos, desconocen lo que ocurre en su día a día.

Olas es una película punzante y visualmente cautivadora, que recuerda por momentos al lenguaje audiovisual de Terrence Malick, pero con elementos pop, y una sensibilidad más contemporánea.

En el género de coming-of-age, hay pocas películas recientes que tengan el efecto duradero de Olas. Es una obra desoladora y encantadora. Llena de vida y secuencias que atrapan.

Se trata sin duda del producto de un artista trascendente y con el dedo en el pulso de la juventud actual.

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