‘La Médium’ – Reseña
Salvador Medina
Salvador Medina
A menudo llegan películas de terror que tienen un impacto inesperado tanto en taquilla como crítica. Lo que sucedió con La Médium, película tailandesa y coreana, es simplemente notable. En un formato de falso documental, pero contado con un lenguaje fresco y bien ejecutado, el director Banjong Pisanthanakun (Están entre nosotros) crea un producto absolutamente sublime para el género.
En la región de Isan, en Tailandia, una médium de nombre Nim Tonvali (Sawanee Utoomma), es la heredera del chamanismo de la Diosa Bayan. En su familia, existe la creencia de que esa diosa escoge a la persona que utilizará como su mensajero en el mundo. En realidad, Nim no era la elegida, sino que su hermana Noi, había sido señalada con la tarea. Eso se manifestó durante su juventud de manera física pero ella, que temía por su futuro, se convirtió al cristianismo. Y es así que la responsabilidad recayó en Nim.
Ahora, con una reciente muerte en la familia, algo parece estar aconteciendo. Mink (Narilya Gulmongkolpech), la hija de Noi, comienza a tener actitudes extrañas. Además de tener su periodo constantemente, se muestra errática, agresiva, incontrolable.
Noi asume que se trata de Bayan intentando ocuparla pero Nim sospecha de algo más oscuro. Y, pronto nos daremos cuenta, tiene razón.
Lo que pueda escribir sobre La Médium es poco. Se trata de una película que quema lento, que se desarrolla poco a poco, que se toma su tiempo para construir su mundo. Y cuando cosecha esas semillas, lanza todo boca arriba y el resultado es extraordinario.
Pocas veces, en la historia reciente, el autor de este texto buscó taparse los ojos durante una película de terror. Pues en La Médium, estuvo a punto de hacerlo varias veces. Es una película inteligente, muy ejecutada, que juega con las tropas del género pero sobre todo eleva el lenguaje del falso documental para crear una atmósfera distinta.
Es una absoluta locura visual y el tercer acto debe ser uno de los mejores en memoria reciente del género de terror. Reaviva con solvencia las películas de exorcismo porque es mucho más que eso. Las actuaciones de Sawanee Utoomma y Narilya Gulmongkolpech son soberbias y le dan una gran profundidad a la película.
Se trata, sin duda, de una de las mejores películas de terror en años recientes. Y si tienen problemas de corazón, de verdad absténganse de asistir al cine. De lo contrario, busquen la pantalla más grande y sosténganse del asiento porque no están listos para lo que está por venir.
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