‘Green Book’ – Reseña

Feb 6 • Spoiler Alert • 1361 Views • Comments Off on ‘Green Book’ – Reseña

Salvador Medina

Por lo general las producciones que se consideran Oscar bait, esas películas evidentemente hechas para apelar a la Academia y poco más, fracasan en su propio concepto. Sin embargo, hay excepciones en las que el producto final es memorable y genuino. Éste es el caso de Green Book: Una amistad sin fronteras, una obra cuya simple existencia desafía toda lógica.

Y es que está dirigida por Peter Farrelly, la mitad de la pareja que ha traído clásicos de la comedia como There’s Something About Mary y Dumb & Dumber. Además, está co-escrita por el propio director y un par de actores con poco o nada de experiencia previa. Sin duda una combinación inusual.

En Green Book, Mahershala Ali y Viggo Mortensen interpretan a un par de personajes reales cuya amistad y dinámica hablan de un Estados Unidos dividido por los prejuicios y enredados en su propia identidad.

Tony Lip (Mortensen) es un rudo jefe de seguridad de un bar en Nueva York durante los años sesenta. Acostumbrado a lidiar con personajes que juegan en la línea de la legalidad, Tony se ve en problemas cuando su lugar de trabajo cierra temporalmente. Pese a tener en Dolores (Linda Cardellini) a una esposa dedicada y amorosa, Tony debe apurarse a conseguir trabajo antes de que sea imposible pagar la renta.

Es así que consigue una entrevista para ser el chofer del Dr. Shirley (Ali). Pero se trata de algo más: llevar al virtuoso pianista negro al sur de Estados Unidos, una zona notoriamente racista, durante dos semanas, siendo su valet y asistente personal. Pero, sobre todo, ayudándolo en caso de que salga algo mal. Tony, un terco italiano, se ve renuente primero. Pero cuando Shirley cede ante sus pretensiones económicas, se embarcan en una aventura que habrá de cuestionar su propia esencia.

Green Book está a un paso de sentirse una película de Hallmark: moralina y obvia. Pero Farrelly logra sacar lo mejor de su guión para entregar una película pertinente para nuestros tiempos. El título surge de un volumen llamado green book que era una especie de guía para que las minorías puedan encontrar lugares donde pudieran hospedarse y comer sin ser sujetos a racismo y discrminación.

Es increíble que año con año, películas de época que retratan el racismo en Estados Unidos, nos recuerden que la integración de razas sea un tema todavía pendiente. Así lo descubre Tony cuando ve de primera mano todo lo que el Dr. Shirley sufre día a día. Él incluso experimenta discriminación al no ser un blanco a los ojos de los sureños conservadores.

Green Book es una clásica película en el género de la unión de opuestos. Recuerda en cuanto a estructura y dinámica a Rain Man: dos personajes con poco en común que encuentran durante un viaje que hay más en común de lo que creen.

Tony y Shirley tienen una gran química, desde el guión hasta la espléndida ejecución de Ali y Mortensen, dos actores en la cúspide de su carrera. Además, se genera una relación genuina, auténtica, que nos hace enamorarnos de ellos y de su historia.

Y es que ambos ven en el otro lo que ellos carecen. No sólo encuentran algo reconfortante, sino que los hace cuestionar su papel en el mundo.

Green Book supera las obviedades y se eleva para ser una auténtica contendiente al Óscar, quizás incluso la que cueste la estatuilla de Mejor Película a Roma. No tanto porque la supere en calidad, sino porque su temática es el talón de Aquiles para la Academia.

Si bien no es una película perfecta, tiene todos los elementos para generar un melodrama interesante, rico en historia y reflexivo. Sin duda un logro.

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