Bill & Ted Face the Music – Reseña
Salvador Medina
El cine regresa poco a poco y los títulos cuyo estreno se esperaba para la primera parte del año comienzan a llegar a cartelera. Bill & Ted Face the Music es una irreverente visita a un universo conocido por una generación que creció con el rock de MTV y pensando que literalmente la música podía cambiar el mundo. Claro que Jersey Shore y más reality shows desplazaron ese tipo de contenidos por el shock y el tributo a la estupidez, pero eso merece otro espacio.
Han pasado décadas desde la última vez que vimos a Bill (Alex Winter) y Ted (Keanu Reeves) eliminar a sus dobles. En la actualidad, siguen casados con sus esposas y tienen dos hijas que han asimilado sus personalidades. Billie (Brigette Lundy-Paine) y Thea (Samara Weaving) son versiones femeninas de sus inseparables padres, que viven en constante temor por destruir su matrimonio.
Es entonces que The Great Leader (Holland Taylor) les llama pues todo está en juego: Bill y Ted deben componer una canción que una el universo antes de que todo desaparezca. Claro que la carrera de ambos se ha ido al diablo y han dejado de ser ese grupo prolífico del pasado.
Al mismo tiempo que buscan mantener su vida familiar a salvo, ambos amigos deberán enfrentar a viejos y nuevos enemigos que harán todo por detenerlos.
Aunque hace tiempo que Reeves y Winter no interpretaban a los relajados e ingenuos Bill y Ted, la química y el estilo siguen ahí. Billie y Thea agregan una nueva dinámica que trae la historia a un contexto más actual. Se trata de una comedia ligera y absurda, como es de esperarse, que ofrece grandes momentos y nos regresa a un época en que la música era trascendental e importante. Quizás algo de lo que necesitamos más.
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