Amor en el espectro – Reseña
Salvador Medina
A menudo, los medios hacen retratos absurdos, ingenuos o irrespetuosos de personas con autismo o discapacidades similares. De ahí que una serie con personas autistas como el eje central de la narrativa juegue con una línea delgada que puede ofender a algunos. Pero Amor en el espectro, nueva serie documental de Netflix, es un producto que juega con esa temática de manera sensible y agradable, algo que parecía inaudito en otros tiempos.
Amor en el espectro sigue a un grupo de jóvenes autistas, o en el espectro del autismo, que están buscando a la pareja ideal. De la mano de una terapeuta, aprenden sobre señales y aptitudes que deben reconocer en el otro para saber si existe una conexión o algo que valga la pena explorar.
Como ninguna otra serie, Amor en el espectro visibiliza a una población de la sociedad que pocas veces merece tiempo o respeto. Cada capítulo es una exploración sobre la vida amorosa de uno o varios personajes que descubren las formas en que manifiestan el amor.
De principio a fin, nos enamora de sus peculiaridades, sus personalidades y, sobre todo, su honestidad. Hay una apertura y una sinceridad poco común en cualquier persona. En un momento particularmente alentador, Chloe está por salir a su primera cita. Su padre, preocupado por su comodidad, le recomienda que, en caso de sentirse incómoda, le diga a su cita que necesita ir al baño. Pero eso es mentir, le responde. Bueno, sólo dí que necesitas un momento, argumenta el padre.
Ese tipo de momentos son constantes en la serie, mostrándonos que las relaciones sentimentales serían más fáciles y llevaderas si todos actuáramos así y que el autismo y sus protagonistas merecen más espacio en los medios.
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