¿Una ola de cambio democratico en el mundo arabe?

Feb 10 • Artículos • 2953 Views • Comments Off on ¿Una ola de cambio democratico en el mundo arabe?

Fernán A. Osorno H.

fernanosorno@elhablador.com.mx

En varias ocasiones se ha debatido en este espacio los efectos del uso de las  nuevas herramientas de comunicación como Twitter y Facebook, normalmente haciendo un llamado de atención al frágil sentido de responsabilidad difundido por los pactos sociales firmados por publicaciones en muros y creaciones de grupos  como supuestas manifestaciones políticas. Bajo el lema de una supuesta “ola de cambio democrático en el mundo árabe”, como algunos medios impresos han sugerido en sus titulares y secciones especiales dedicadas a los movimientos de descontento en los países del norte de África y Medio Oriente, vemos dos generalizaciones que merecen mención: la gestación de movimientos revolucionaros desde la plataforma de las redes sociales, y la idea generalizante de que más de una docena de países vecinos están pasando por un mismo proceso de democratización.

El malestar de social en algunos países de la región del que ha desencadenado la movilización de las masas sin duda tiene que ver con el regimenes de corte autoritario que han extendido su autoridad durante largos periodos . Sin embargo, el escenario se completa si se toma en cuenta un malestar general donde la pobreza es agudizada por precarias redes de desarrollo social y se considera que estas condiciones escapan de la voluntad de un Mubarak o Ben Ali (presidentes derrocados en Egipto y Túnez respectivamente). Aunque la explicación de esta problemática podría tomar más de una vida de redacción simplemente sería importante señalar que la sugerencia de una “ola de cambio” va más allá de una región, un régimen o un hombre en llamas y que la “democratización” no es sino un proceso de reformación ante circunstancias de vida insostenibles y no el paso de transición de una sociedad inferior hacia la modernidad occidental.

Una vez tomando en cuenta el contexto histórico en el cual se situaron dichos gobiernos y las situaciones limitantes de desarrollo social, señalando aquellos países externos que a partir de intereses económicos y geopolíticos justificaron su intervención sobre el desarrollo de algunos de estos países que hoy se encuentran en movimiento social y político, solo así podemos emitir un juicio objetivo sobre dichos sucesos.

De la misma manera la reflexión invita a ir más allá de la simplificación del tema como lo han hecho algunos medios norteamericanos que se enfocaron sobre el patrocinio de las redes sociales para el desarrollo de los movimientos, como si estos representen en los valores de democracia. Un enfoque de suma cuidado si consideramos que sólo un simbólico porcentaje de la población mundial tiene acceso a Internet; me imagino un escenario donde los países ahora señalados por evolucionar hacia de democracia al derrocar a unos dictadores, en unos años viviendo en países con elecciones concurrentes, son señalados de nuevo como aspirantes de la democracia al incorporar Twitter al sistema de votación (toco madera).

Es cierto que estas herramientas han servido en estos movimientos pero solo a un nivel de logística, para determinar la hora y el lugar en el que la gente se reuniría, sin embargo también ha servido para sabotear dichas reuniones y para arrestar a los dueños de algunas de las cuentas de Facebook. Más aún, sirvieron para que cuando el gobierno en Egipto, por ejemplo, cancelara estas vías de comunicación los medios en Estados Unidos que hasta ese punto de mantenía al margen del conflicto, como espectadores, argumentaran que en efecto Mubarak ya había mostrado estar perdido, así como para empujar a los manifestantes a redescubrir otras formas de comunicación… pasa la voz

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